Acerca de mí

miércoles, junio 28, 2006

Las campanas han sonado, en silencio, con ruidos secos y oscuros.
No han brotado ecos, solo susurraron un hecho sellado, opaco.
Nadie sucumbió al pánico.
No corrieron por las por las escaleras la masa de escolares uniformados latentes de libertad.

Ni yo escuché las campanas.

Otro año, otro invierno con cara de máscara, similar a los de antaño,
se ha posado en mi puerta y ha entrado sin pedir permiso. Se acomodó entre mis vértebras, junto con los otros, aumentando el peso.

Otro año ha fluido como eyaculación, pero su sabor no es el mismo. El amargo sabor de siempre y el miedo de lo finito están ausentes. No están entre sus dientes afilados.

Esta nueva lluvia viene cargada de agua hirviendo y por primera vez en mi vida no sufro porque mi mano alargada en espera está fría. Un tesoro apareció como colonia de hongos sobre mi podrida estadía. Un valor de palabras y de caricias, de miradas acolchadas.

Toc Toc
Entra en mi cuerpo,
hoy eres bienvenido.
Tengo la cama hecha,
con sábanas sueves de lonjas de piel santa, encremada.
Hoy ya no soy virgen de edades remotas, no me duele su violación.

ENTRA!
Entra y vierte tu esperma de segundo sobre mi risa, que hoy no la marchitarás. Entra y trae tu madurez obligada, madúrame y púdreme, que hoy el tiempo me ha dado un buen regalo.

Camina y pasa tu lija sobre mi cuerpo, usa tu suela destrozada y de puntas sobre mis manos. Ya no te miro con miedo, tengo entre mis dedos aire cálido y me preocupo de respirarlo por completo.

NOMBRES:--
Se han perdido entre mis hojas desplantadas de cuadernos de memoria. Pero han diseñado la mirada y el misterio que expelo como sobaco.

Como hedor de hombre de 20 que nunca elijió no sentir. Un ente forjado a gritos de tortura. Un niño alargado, duro, pero de tiza.

La alfombra de lenguas está aspirada y reluciente para tu barro de otoño-invierno en tus pies. Límpiate bastardo, eres bienvenido. Pasa al baño antes de darme la mano. No quiero hoy escucharte parafrasear, citar mi vida incompleta.

NO QUIERO ESCUCHAR LO QUE NO VI.

De hecho, despoja tu mochila y bolsillos en la entrada, desaparece tu regalo de órganos, de estómagos envueltos en hojas recicladas, de dedos vírgenes que me apuntaban acusando soledad, de bocas puériles que se movían nadando en un lago de saliba.

Te aviso! no me parafrasees!
No oses a leer mi vida. Hoy no quiero copas trizadas para brindar mi cercanía al fin monótono, de la tortura china.

Ven solo, desnudo. Te pondré sal, paté y mermelada de sesos. Te devoraré a gusto, pero no me engañes... Deja tus espinas de pescado cuando te limpies los dientes.

Eres bienvenido, junto con los sonidos secos. Si puedes aceptar mi tibia mano, quédate conmigo. si no, lárgate a otras latitudes de mi cuerpo, a mi rumiante estómago... para luego defecarte sobre tu repetición.

2 comentarios:

Vigilia dijo...

¡¡¡¡¡HERMOSO!!!!! como las letras de antaño: una brizna de dolor, una pisca de desconfianza y todo de fibra sensible.
Has vuelto de tu paseo por la mundanal felicidad...has regresado a tus letras ateridas de esa oscuridad que ennoblece y subyuga.
Me gusta que me hayan devuelto a Sublime.
Gracias a aquél que obró el milagro.

Vigilia dijo...

Deja de hacer todo si quieres, hasta deja de respirar...pero no dejes de escribir