Acerca de mí

miércoles, agosto 30, 2006


La noche fue ingrata para él
trajo consigo momentos de penumbras
y una lluvia soleada.

Su cigarro colgaba de los dedos,
sin fuerzas. Apunto de caer, a punto de desaparecer en el cenicero
como sus sueños, como sus anhelos.

La pantalla lo iluminaba con suavidad
y su rostro aparecía entre las sombras
como un fantasma inconsciente

Estaba hace muchos días en la misma posición
a punto de...
en la frontera de lo inequívoco.

Sus ojos no miraban
y estaban abiertos al aire seco que emergía de la estufa
estaba a punto... estaba a un paso.

El frío que sentía no se opacaba con el infierno que lo envolvía
estaba muerto, trastornado con la vitalidad imaginaria
Le habían llevado la comida en la tarde
y aun no lograba teñirse de sabores

Su aliento inoloro
su mirada incolora
su boca insípida
Todo se desvanecía a sus pies
estaba a punto, a pocos minutos.

Agarró un papel, y escribió su nombre
lo arrugó antes de continuar
y se fundió con la montaña de nada que nacía a su derecha

Las voces de la calle, el ruido de las motos
estaban cerca, casi.

Se pudría
y el olor nunca salía
se quedaba en sus fosas
entre sus piernas
dentro de sus labios

Estuvo a punto de hablar
pero el frío ya había congelado su mandíbula

estuvo a punto de cuajar una idea
pero casi se olvida y no logró vomitarla

desapareció frente a la pantalla.
es otro fantasma nocturno
que acumula la rabia
y el dolor

que se mece en la silla, y que escurre las cenizas al suelo.
Hoy, mi nostalgia es crónica
Es un tumor maligno que recorre mi carne
Me vierto, de a poco, en los recuerdos
y me baño por completo de tu nombre

mis cenizas son oscuras
repletas.

Alargo mis brazos, tanteando la soledad
y un frío me acoge,
no hay espacio para sonreir
tengo la boca tiesa
y mi cerebro impregnado de inmovilidad.

martes, agosto 29, 2006

La mesa estaba servida hace varias semanas, dos platos blancos que se rompieron en soledad.
sobre ellos estaban cuajados los secretos, eran verdes y aun estaban cálidos.

Llamaron por horas al teléfono, nadie contestó... Al otro lado un cuarto vacío respiraba en todo su resplandor. Alguna vez ahí vivieron, ahí juraron eternidad.

Las camas sin ropa y un frío que carcome adornaban el cuarto.
Jamás se supo cuando abandonaron la rutina, solo un repentino suspiro los hizo desaparecer... Dejando las cortinas abiertas y un viento que empolvó las cartas viejas y rayadas.

Nunca fueron felices, les daba vergüenza, en cambio cada día les sabía más amargo.Primavera, otoño, lunes, invierno... Daba lo mismo, el aire enrarecido no se iba, era de ellos... era ellos.

El teléfono dormía bajo las toallas, tiritando casa noche cuando llamaban y no habían palabras que responder.

¿Cómo explicar la soledad innata?

En esa pieza las murallas pintadas en nicotina se despedazaban, cada día, botando consigo risas y llantos guardados bajo los ladrillos.

El televisor llenaba de nostalgia la oscuridad, con gente hablándole a nadie... Ellos sabían que en las noches de pánico y angustia nadie está en vivo, nadie vive a excepción de su lágrima flotante.

La mesa estaba servida, estaba podrida. Las moscas nadaban bajo la ténue luz que no alumbraba.

Cuando fueron a ver la desolación encontraron las puertas abiertas, y las dos camas de una plaza juntas y desechas.

Habían dormido a saltos, se despertaban en la mitad de la noche a ver si el otro aun seguía vivo, al sentir la escasa respiración se hundían en la almohada corriendo tras el sueño que se hundió en el mar.

No hubo nada distinto aquella noche, simplemente en la mañana cada uno partió sin decirle al otro... que nunca volvería.

viernes, agosto 18, 2006

¿Cómo se deja de ser?

Es tarde y no pertenesco a estas calles. Me encamino a ningún lugar. Hoy no estoy perdido... Hoy no se donde ir, porque hoy no es para mi. Hoy es para ser de asfixia y de frío, para estar sin tí y ser nada.

Mi cuerpo se repleta de nubes, las siento moverse carcomiendo mi carne. El cuerpo se me retuerse en la incertidumbre y no logro llorar, no puedo callar. Por un minuto me dejo ir, me permito caer por las miles de escaleras de papel que recorté soñando, están ardiendo junto con mi estómago.

Se me agotan las ganas y caigo en mi inconsciencia, veo tristes figuras acariciándome, una de ellas está llorando, me está comiendo la pena.

El olor a mierda está sobre mi y no me logro mover, hoy me he acabado. Veo las marcas que dejaste en mi piel, con tus dientes, con tus muelas, tus dedos... tus palabras.

Me esparso por el suelo, intentando escapar, intentando desvanecerme, ser volátil y abrazarte el aire que no está.

Miles de pies me pisan la vida, y soy otro chicle de asfalto en sus suelas.

Lentamente voy dejando de ser, me voy fragmentando al olvido, escupiendo húmedas palabras sin destino. Hoy me di cuenta que no vivo, que no caminé, que nunca hablé... Soy solo mi imaginación.

jueves, agosto 10, 2006


Es lamentable el silencio, tan lamentable como mi latencia.
Con tu boca tan sellada y tus brazos caidos me traes, en una bandeja, dudas para guardar en mi bolsillo, para sacarlas a pasear cuando no tenga qué hablar.
Es confuso el silencio, hace tiritar mis huesos al sentiro ambiguo, es tan ruidoso a la vez...
Hoy la lluvia me ha corroido, y desde la mañana he andado tambaleando. La noche enfría con profundidas cada minuto, hace que me duelan los ojos... ahora no miro para esperar a que el clima cambie, no escucho el viento que acecha, ni toco en silencio la hora que no llega.

jueves, agosto 03, 2006


¿De dónde salen estas lágrimas?

Salen del tiempo, de mi estómago... Salen sin permiso.
Corren como un ave migratoria, buscando tierra fértil para defecar.

¿Soy una de esas aves?
¿O soy un masoquista que no disfruta para sufrir mas?
¿Me he convertido en una lágrima?

Si, en una de árbol, pegada a la piel dura que afirma la llave. Soy agua salada, saliva del dolor. La lengua parda del ermitaño.

¿Dónde crece y madura la pena innombrable?
Sobre el aire seco, sobre hojas secas, sobre pieles secas y sobre todo... sobre ojos sin fondo... Secos.