Acerca de mí

jueves, abril 27, 2006

Los días negros no resguardaron su ira
Entraron con sigilo, nadie esperaba que llegaran
Ya dentro, escupieron riéndose

Drogados, trataron de perderse y condujeron horas enteras
Esperaron dentro de mi boveda, en mi boca de serpientes

Muerte, muerte de hilos negros,
Un sin fin de historias, amarradas entre sus quebrados dedos.
Rascan heridas con sus uñas amargas y
Parafrasean las horas, con susurros al oido... de esos que duelen
Hasta el estómago
Y hasta el fondo.

miércoles, abril 19, 2006


En el vaivén de una extña tarde
recosté mi inquietud sobre el útero de barro.
me regocijé en sus ásperas manos,
acarició esa tarde a su hijo,
mientras mis ojos tendían a cerrarce.

Su respiración polvorienta me regaló sueños desérticos:
Un cactus de sangre quiebraba el horizonte
y me apuntaba con sus dedos de dolor.

Me escabullí lejos del ente,
me volví arena en el silencio
y eterno en la infinitud de la nada.

Desperté y su pecho humedecí con gratitud.
Quise fundirme a ella, y respirar su inmencidad,
pero me respondió, en silencio,
que el otoño aun no llega.

martes, abril 18, 2006


Tienes la cara borrosa
y una boca sin labios.

Tus ojos sin fondo,
cerrados.

Me acerco con sigilo,
te toco el hombro
y te haces el simpático
para luego callarte en tu risa.


Golpéame fuerte,
pero no me degolles con tu silencio.

Di que no existo,
no me hagas sufrir para existir.

Lograste ser mas extraño,
así quemaste mis restos de cordura.

Me he vuelto un horate,
con la sangre densa de esquizofrenia,
con los ojos abiertos,
saliendo de las cuencas.

lunes, abril 17, 2006

pequeñeces

eso encontramos hoy
en el lugar de golpes

a detalles nos paseamos
y nos quedamos con lo que nuestras manos toman

condimentamos la tarde con pimienta.
esas pequeñeces que endulzan el amargo vivir.

miércoles, abril 12, 2006


Estuvo perdido unas horas
Intentando buscar el lugar de espera caminó bajo fríos edificios, que se imponían con su inercia.
Al principio doblaba sus huesos para no derrumbarse con el golpe violento del que viene en frente, después se dejó seducir por el dolor. Sucumbía de risa y placer ante el moretón que iba a quedar.
Nunca preguntó la hora, ni vio la muñeca azul que llevaba colgando del brazo.
Esos dedos arácnidos se movían con el viento, acariciaban su rápido pasar,
esos dientes amarillos chocaban entre sí. tenía frío.

La bufanda que asfixiaba no servía de mucho en el basurero
y el chaleco que dejó en la banca a nadie abrigaba.

Su nombre no importaba, era un ser que olvidó ser. Su estaba cara desfaciada y su mirada trangredida por las lágrimas.
Así las minutos se cobijaron en el cielo y lo pintó de negro.

Un lugar de escondites es la noche y se volvió sombra entre la ingratitud.
La luz del farol ya no lo acorralaba, estaba ausente y mendigo de sentimientos.
Se preguntaba en el silencio dónde debía esperar y miraba de reojo una esquina.
No se escucharon los pasos en el barro y su respiración escasa no se evaporó en el hielo.
Se sentó entre los papeles de velocidad y las hojas de tiempo. La sombra estaba tranquila y la noche no traía su ira luminosa.
Se sentó a esperar en el reloj del palpitar, degradandose con cada inspiracion. Esperó y esperó.

Estaba perdido antes y ahora no sabe que esperar.

martes, abril 11, 2006


estoy esperando con los codos en la mesa
mirándote, bajo la sombra que emerge de tu ausencia.
y mis oidos ansian las palabras que guien mi pensar de ti.

me miras, esperando movimiento, que mi expiración revuele tus cabellos
revele tu risa o llanto efímero. pero yo espero a entender.
se escriben sobre tu rostro onírico mis letras
y tu sonriza esta dibujada por espacios. tus lágrimas derivan de un punto.

dime, qué hacer contigo?

domingo, abril 09, 2006

¿cómoatraparte?
¿cómodestrozartuindependenciaydejartupielentremisuñas?
quieroqueteadictesami.
quecaminesconminombrey
quetesuicidespensandoenmi.
(peronolohagas,paraquetequedesconmigo)


poseción.

martes, abril 04, 2006

bajo su piel

una bolsa de órganos tirada en una construccion fría de acero.
se balanceaba, goteando la inerte mirada. el charco de latencia quedó
plasmado en forma pegajosa sobre la arcilla.

dos luces blancas iluminaban la noche:
unos faroles olvidados por la comuna.
había bajo ellos, en su abrigo, un ser dejado por el tiempo y espacio.

la bolsa crujía a medida que se iba desparramando al piso, y las miradas
inquisitivas que transitaban por la calle se desviaban hacia el negro
horizonte.
esos susurros desgarrdores nadie los escuchó, el se los tragó a pedazos,
algunos los guardó en sus bolsillos y otros los enterro con sus uñas en el
pasto.

es una tragedia que nadie conoció.
ni él se percató.

de pronto se vio a sí buscando entre su piel, bajo su piel, algo que lo
hiciera existir.
a medida que avanzaba, en una bolsa se desplegaban su partes perdidas, ahora
podridas.
llegó, soportando el ardiente dolor, hasta ese recóndito escondite...

pero era demasiado tarde para darse cuenta que ahí nada había. donde nada
habita.

la semana pasado, no existió
el martes desapareció al momento de despertar
y el miercoles, no lo viví.

el viernes fue un sueño bizarro
que se escapó, dejando un escupo en mi pera.

¿cómo hacer para volver a lo irreal?
intente caminar en una pesadilla, aun así el martes no regresó.
cuando fui a cambiar mi extrañeza, el jueves susurró que mañana no
transcurriría.
le creí y ahora me quedo mirando el reloj
esperando a que el día se queme con el sol que se fue.

sábado, abril 01, 2006

recuperar el aliento es un arduo trabajo
primero debe uno sentarse lentamente,
expresando con las manos, un ácido dolor en el pecho.
doblando la cabeza mirar el techo que se acerca con ímpetu.
con esfuerzo hay que atrapar el escaso aire enraresido que queda en el espacio,
y retenerlo antes de arrojarlo entre tus manos.
la segunda parte es un tanto mas difícil.
debes, con tus manos, rozar tu cuerpo rápidamente,
pensando que el estar consciente de uno tranquilizara.
debes mirar hacia los lados,
pero no te debes fijar en nada.
solo doblar tu cuello y ver una difusa imagen.
cuando el oxigeno cuamienza a aplacar los puntitos blancos
te levantas y retrocedes hasta apoyarte con una pared (siempre la hay)
tocar su frialdad inerte es un paso recomendable
antes de seguir corriendo.