Acerca de mí

miércoles, febrero 01, 2006


Trajiste con el té una sonriza.
Me miraste detenidamente con una expresión paralizada,

para pestañear rapidamente cuando mis dientes expuse.

El vapor nadaba hacia tus pulmones, y te hacia ver divina.


Lentamente unas gotas comenzaron a rodar por la loza

y se lanzaron al aire.

Tus labios rojos se tiñeron de negro

y tu mirada eterna se transmutó a un tunel sin salida.

A mi terror le acompañó un agudo dolor que atravezaba la ropa.

La cortina se comenzó a mover
dejando que una luz opaca entrara
e hiciera brillar el sudor de mi frente.

Un grave sonido salió de tu boca
c
uando bruscamente dejé a un lado las sabanas para levantarme.

Por un momento pude ver el final del tunel
.
Me encaminé hacia él y pude descubrir que te amaba.

Con tus manos que tiritaban dejaste entrever,
detrás de la ropa, detrás de la carne,

un dejo de odio.


Tus rodillas se doblaron y apoyaste tus brasos en mis pies.

Con la cabeza mirando la pared vertiste la verdad.

Diste un pequeño beso a mis dedos, respiraste hondo
y cuidadosamente,
mientras caminabas, te sacaste la bata.


Me miraste, me ahogaste en la cuenca de tu ojo,

a la vez tus dedos sigilosamente desarmaban el nudo de la cortina

y empezaste a inundar la pieza de blancura,

de una luz ácida.

Cerré los ojos, intentado esquivar y negar la cruel verdad.
Puse mi rostro en la almohada y aguanté la respiración.

Un silencio desértico lamió mis oidos,
impulsivamente voltié mi cabeza y divisé el caos.

La cortina se movía, tu ropa se evaporaba y el té estaba helado.