Acerca de mí

sábado, julio 29, 2006

Hay alguien cerca de la baranda. mirando la calle vacía, escuchando la puerta no sonar.

Una mujer sola, sin senos, sin ojos, sin ropa. sus hijos le comieron el cuerpo, las masticaron dejándola inválida.... en el subterraneo de ese catorce piso.

Es una mujer gris, con la boca blanca. Pronto ya sus ropas serán rojas, como una bolsa de basura. Alguien lanza miradas desde el cielo, nadie las atrapa, solo la calle vacía... sin autos... sin árboles.. sin vida.
Lo invisible... mi anhelo.

Quiero un alzheimer universal y momentáneo.
desaparecer sin preguntar, callar sin ocultar.

un seno oculto, ya sellado. Una leche aguada, de instinto maternal.

Por un momento no tener amigos, ni familia... solo este cuerpo y unas arterias telefónicas.

Entre fantasias quise ser...
invisible
indecicle
e incontrolable,

Ser latente y trasladado por brazos envasados.

Robar y arroparme del frío que sentía, cuando ente el gentío un hielo nacía.

Estar un día entero espiándote. mirándote. asustándote.
Me gustan tus saltos de miedo y tus lágrimas sin fondo.........

lunes, julio 24, 2006

Dejó pendiente, sobre el velador, su nostalgia de lluvia
y salió, sin tener escrito en sus retinas el espejo trizado.

Caminó a escondidas del viento, jugando a no sentir frio. Se rió de los árboles y sus hojas. Ellos solo lo miraban pasar, como a cualquier palabra gritada, de esas que vuelan rápido soñando con no estrellarse.

El cielo se recojió, dejando libre sus manos.
En la ciudad, abajo... muy abajo, llovía, llovía como nunca. El suelo se ahogaba y vomitaba el aire guardado, robado del cementerio. Aparecieron entre sus pies, burbujas color café, frágiles.
Metió sus manos a los bolsillos y se encogió de hombros. Sonrió.

Sus pies se comenzaron a enterrar, su cuerpo exigía raices. Con dolor su carne era succionada por la tierra, manos húmedas repletas de guzanos tiraban de su piel, fuerte. Se hiba hundiendo, desapareciendo entre el pasto y el asfalto.

Estiró sus manos y agarró el cabello de la plaza, la tierra gritaba. La tierra se conmocionó y apretó mas las caderas. De pronto se vio con el pasto entre los dedos y no alcanzó a rogar perdón, solamente una masa de tierra entró a su boca prematura de gritos, y la ayuda se enterró hondo, con los gritos en la lengua... a punto de explotar.

En la plaza los juegos eran solitarios, acariciados por la lluvia, los árboles bailaban sin parejas y la tierra respiraba con tranquilidad, de esa que agobia.

miércoles, julio 19, 2006

Hoy salí apurado de casa, sin avisarle a nadie. Por un momento, mientras cogía mis cosas, me sentí un tanto más grande. Un algo más seguro para caminar solo de noche.

Cerré la puerta con cautela de un incauto y antes de correr le mandé un beso de aire a las paredes de mi hogar (dulce).

El beso nunca llegó a golpear la puerta, cayó en el barro de la entrada.

Ya estaba muy lejos y muy cansado cuando comenzó la persecución. Estaba lloviendo suave, en forma insípida. Mi rostro estaba callado e inmute. Mi cuerpo devastado, intranquilamente insomne.

Me tomaron la mano, la soltaron al ver que estaba fría... Fría como la soledad.

En la entrada de mi casa un cuerpo extraño ha comenzado a brotar, un bulto oscuro de piel podrida, con brazos y ojos por doquier. Un algo bizarro llamado recuerdo.

domingo, julio 09, 2006


Avanzo cerrado, cortado

Destrozado

Como la gallina de la noche, que hoy corre por la casa con la cabeza en sus alas.

Cada día me siento en tu plato, y me regalo, para que digieras un aliento y tres suspiros.

Me voy a la vida que agobia, arrastrándome como babosa por la ciudad, dejando mis heridas nunca cerradas desparramadas en pozas donde el cielo no se ve. Santiago se viste de costras, costras duras y ásperas. Huelen a rabia, a pena.

Dona el asiento!

Tus cicatrices

Se posan en tu tierra de tantos pies. Se cubren son saliva seca de ultratumba.

Se dibujan y pestañean, pero los pies polvo ácido levantan, y cae como nieve sobre niños anoréxicos con hipotermia. No es un invierno congelado dentro de una casa-estufa-amorosa, es un hermoso baldío, olvidado, hace mucho apreciado.

Las toco a ojos cerrados, como un ciego leyendo el alma con sus yemas en piel desconocida, libro en braille. Y mientras deshojo historias mi cara se vuelve volátil, baila con altibajos de risa y angustia. Se deforma como el humo de una nicotina devorada.

Me enamora tu paisaje de dolor, de moscas y puntos. Tus cicatrices invisibles me excitan. Me desmayo a medido que abro tu capullo y las hojas caen como cristales a mis pies. Me desmayo como un niño frente a una cascada de dulces, de caries que ruedan con sigilo y que penetran la boca abierta de impacto del INFANTE.

Cerros de lágrimas, grietas de olvido y soledad. Dibuja... mi vida.

Pon tus papiros sobre mi cerebro, pon tus papiros sobre mi pecho. Armemos el rompecabezas, terminemos la pieza y deshagámonos de lo abstracto de estar lejos.

Te pinto entrañas en tus ojos, me tatúas un palpitar entre los pulmones.