Acerca de mí

miércoles, noviembre 29, 2006

Sus piernas cruzadas, sus labios rojos amarrados.
Respiraba profundo, dejando dentro un suspiro, antes de cambiar la página. No levantaba la vista, siendo que frente a ella, una vieja mujer le murmuraba.
Volvía a la primera hoja y mientras releía, relamía sus yemas.
Gira sus piernas y comienza a leer en voz alta: "...Por tí dejé la puerta de mi oreja abierta ... por tu frase nunca terminada..."
El zumbido de la boca de esa señora se colaba en la letra seca del libro gritado.
Cierra el libro
Cierra la boca
Cierra los ojos.
La abeja penetra al oido.
el amor es un murmullo....

martes, noviembre 21, 2006



Intento reponerme de este mal sueño,
de haberme indigestionado con la carne cruda.
mis dientes ya se han caido
y mi lengua queda en libertad,
pero no habala.
es una lengua bifida y muda,
húmeda y sangrante.

Intento despertar de este mal gusto,
y levantarme al día
y abrazar el viento eskivo
y acariciar el hombro vecino

quiero decir "te quiero" sin temer
quiero cautivarme con la soledad
y cantar bajito una sinfonía para ciegos.
no sé dónde estoy sentado
no sé de qué es ese humo que sale de mi nariz
ni sé cómo sabe la lágrima que no cae.

Intento no soñar
y me amarro a las sabanas para no arrancar.
me amarro los pies con cansancio
y mi cabeza la pego a la almohada con pesados recuerdos

quiero tomar agua
y sentar mi cabeza
quierosentarmesobremicabeza

Intento dejar el pasado fuera del plato
y comer con paz, con esa paz que sólo la soledad te da.

y me quedo en el intento
a medio camino
de no perderme de nuevo
y me forjo una sonrisa
y me forjo a disfrutar
del calor abrasivo
del viento caliente
del hombro de plomo
de la axila ajena

y así sucesivamente...

domingo, noviembre 19, 2006















A
pretas sobre mi cráneo
Trizando cordura y voluntad
Respiro rápido y profundo,
Irrumpiendo con asma la primavera.
Creo que ya no soy,
Imagino que Cristo no piensa en mí.
Óyeme, ruego por perdón
Niña de la boca filuda.

domingo, noviembre 12, 2006


Tus finos dedos
delicados como córneas,
rajan el aire
permitiendo ver
tu armónica silueta.

El meñique solamente...
basta para quitarme la vida,
aquí, en la yugular
la más grotesca arteria
florecerá con tu dedito.

Regala en un paqueño pañuelo
una pizca de ardor.
Lo guardaré entre el pan,
tras la puerta
con llave
con mucha sutileza.

Hueles a porcelana, a una quemada,
y bailas como muñeca de niña grande,
cuando piensas que nadie te ve,
cuando la puerta se cierra en la nuca
y la luz se anochece.

Con tus finos movimientos
estrújame la luna,
pero con cuidado...
no quiero verte sonreir.

¿terminaste?
entonces, tu vértebra arde...

Solo se cuajó, tranquila...

martes, noviembre 07, 2006

Me rio como respuesta a lo divertido.

Abro mis labios y los estiro hasta que se partan.

Mis dientes salen en escena:
una pared media amarillenta.
un poco de alquitrán,
un poco de nicotina,
un poco de tomate.

la lengua tirita...
Y desde mi estómago acarreo una carcajada: (ja-ja-ja)
la vomito.

que divertido es sentirse enfermo.

De vez en cuando...
Cuando ya es mucho,
lloro a carcajadas.

(Me da pena la risa)

El estómago se aprieta y mi garganta se tapa.

El malestar asfixiante de lo risible.

Que divertido es no respirar!

vamos! sigue con el chiste.

domingo, noviembre 05, 2006


Una polilla es libre
hasta que la miro
bajo mi mano.

El zancudo sonrie sobre mi piel...
saborea mi ácida sangre...
hasta que lo acaricio
con mis dedos.

Yo estoy saltando sobre mi cuarto...
hasta que la agenda
me abre las piernas.

jueves, noviembre 02, 2006


Una mujer está sentada en el asiento de la ventana, mirando comoSantiago viene y va con tanta indiferencia. Intenta seguir un punto que se aleja a lo imposible:
Un hombre con sombrero, una bolsa azul que corre por la acera, un árbol quieto de verano... y eso es lo único que logra agarrar entre sus acrílicas uñas.

El paisaje esquivo y ella se acomoda la falda. Un auto rojo... Francisco se sienta a su lado.
El también comienza a mirar por la vnetana, pero para ver el reflejo de ella. Su mirada camina por sobre la comisura de los labios y luego se acomoda en ese ojo derecho.

Siente las caricias con cada pestañear, recuerda a su madre cuando en las noches lo arropaba luego de una canción.

Ahora miran al frente, miran los asientos vaciarse mientras sus rodillas se entrerozan bajo el ronroneo del chofer.
Miran al frente, escondiendo todo sentimiento. Las nucas de esos desconocidos quedan tiezas bajo el amparo de la complicidad.
En un momento ella baja su brazo y comienza a urguetear su cartera en busca de una nada perdida en la infinita soledad.

Hombro a hombro, un poco de traspiración, una caricia de carencia.
Él no se mueve, en cambio se apega más a esa piel en flor.

- "permiso"

Él levanta la vista, da una mueca como sonrisa y se dobla como cuncuna para dejarla pasar.
El timbre suena y un viento gélido recorre los pies callosos de los santiaguinos.


El tacotear callado en una calle relamida.
El reflejo en la ventana de Francisco que mira a Santiago irse... A toda velocidad.