Acerca de mí

jueves, diciembre 01, 2005


El asiento se hizo parte de mi cuerpo a horas de haberme detenido ahí.
Un poco mas tranquilo solté el aire, y respiré hasta las catacumbas el ambiente de calor que se condensaba en aquel lugar.
Resumí mi trayecto, recordé la señora de negro que se posó a mi lado y cruzó sus piernas en panties rotas, vino a mi mente el niño plomo que vendía su inocencia con cada helado.
Unos cuantos entes mas y volví a mi reloj.
La espera no era molesta, no sentía algún rasgo de incomodidad y el calor adormecía cualquier gana de movilidad.
Las gotas de sudor que caían al asfalto se freían bajo mis pies. La vista empañada intentaba distinguir que no era una hormiga lo que subía por el rastro de coca-cola, no pude divisar hasta unos minutos después que era una mariposa la que se había pegado a mi zapato.
Acerqué con temblores la árida mano hacia las blancas alas, y las cogí dejando atras seis fragilidades adheridas al cuero de vaca.
El niño saltaba a mi lado, entusiasmado. miré con la seriedad adulta y detuve su infantilismo pedante. a la altura de mis ojos se movía moribunda, apresada en un bulto de paradero.
La hora, la micro, el niño...
El seco aire de la tarde atenuó la inminente caida, sus alas quiebradas embolsaban la ardiente contaminación. lentamente al suelo y en el aceite de sebo de la señora una mariposa dejó su vida. Miré mis manos empolvadas, y un aplauso sonó entre la gente... un blanco polvo tiñó la calle.


De pronto se esfumó la vida y bajo capas de nieve la calle acostó mis horas.
Desde el cielo azul una polilla lanzó su excremento.
La mierda, la micro, el cadaver.

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