Acerca de mí

miércoles, abril 19, 2006


En el vaivén de una extña tarde
recosté mi inquietud sobre el útero de barro.
me regocijé en sus ásperas manos,
acarició esa tarde a su hijo,
mientras mis ojos tendían a cerrarce.

Su respiración polvorienta me regaló sueños desérticos:
Un cactus de sangre quiebraba el horizonte
y me apuntaba con sus dedos de dolor.

Me escabullí lejos del ente,
me volví arena en el silencio
y eterno en la infinitud de la nada.

Desperté y su pecho humedecí con gratitud.
Quise fundirme a ella, y respirar su inmencidad,
pero me respondió, en silencio,
que el otoño aun no llega.

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