
Tus finos dedos
delicados como córneas,
rajan el aire
permitiendo ver
tu armónica silueta.
El meñique solamente...
basta para quitarme la vida,
aquí, en la yugular
la más grotesca arteria
florecerá con tu dedito.
Regala en un paqueño pañuelo
una pizca de ardor.
Lo guardaré entre el pan,
tras la puerta
con llave
con mucha sutileza.
Hueles a porcelana, a una quemada,
y bailas como muñeca de niña grande,
cuando piensas que nadie te ve,
cuando la puerta se cierra en la nuca
y la luz se anochece.
Con tus finos movimientos
estrújame la luna,
pero con cuidado...
no quiero verte sonreir.
¿terminaste?
entonces, tu vértebra arde...
Solo se cuajó, tranquila...
4 comentarios:
Casi un susurro a la hora precisa...
olvidé dejar mi nombre...
Pamela
para variar en el futuro
giré toda la cabeza y nada...
Pata asquerosa de olores sulfúricos, me gustaría juntarme contigo. Y cantar, y reír y olvida rel dolor...
Me gusta esta nueva estética y me gusta también que sólo eso haya cambiado.
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